El presente estudio se desarrolla en cuatro puntos de Colombia; son territorios ricos en su geografía y biodiversidad, como los son tantos rincones de nuestro país, que hacen parte del entramado que contribuye a que el planeta perviva. Hace más de 500 años los europeos llegaron a estos territorios en búsqueda de riquezas, que encontraron y se llevaron luego de someter a la población con múltiples formas de violencia.
Hoy la historia se repite y, aunque las circunstancias son diferentes, existen procesos colonizadores; y los gobiernos de turno, sin resistencia alguna, entregan territorios habitados por población ancestral a empresas nacionales y multinacionales mineroenergéticas. Desde las cosmovisiones de los pueblos indígenas, al explotar sus territorios y extraer de ellos minerales preciosos como el oro, petróleo y el coltán, entre otros, se está dejando vacía y sin vida a la Madre Tierra. Las mujeres son conscientes de que las prácticas de la industria minero-energética y el afán de riqueza se explican a partir de una visión de desarrollo que privilegia el consumo por encima de cualquier otro interés, sin importar los costos y daños que pueda causar el proceso de extracción de materias primas.