Con profunda tristeza y hondo dolor, denunciamos el asesinato cometido contra MILLER CORREA, THUTHENAS DE ÇXHAB WALA KIWE – ACIN, en hechos ocurridos en la noche del 14 de marzo en la ciudad de Popayán. Repudiamos esta continuada masacre que se comete impunemente contra el Pueblo Indígena Nasa en el Norte del Cauca, a quienes claramente se somete a un genocidio como expresión de lógicas de represión y muerte, con el vano propósito de que no sigan siendo un pueblo que enseña dignidad, organización, unidad y compromiso por la defensa de la vida, del territorio, de la biodiversidad y de las posibilidades de pervivencia para el futuro y las generaciones por venir.
El asesinato de MILLER CORREA es un crimen execrable que merece todo nuestro repudio y el de la opinión pública nacional e internacional. Los perpetradores de seguro actúan amparados en la desidia y omisión activa del Estado colombiano frente a su deber de garantizar la vida y demás derechos fundamentales, en especial, ha desoído las exigencias de este Pueblo Indígena en torno a la necesidad de desmilitarizar sus territorios. Esto es la dosimetría de la muerte ejercida con un preciso cálculo político electoral, para que los infames intereses de los privilegiados de siempre no se vean cuestionados.
Se requiere urgentemente una decisión política del Estado colombiano, del gobierno y de todas las autoridades estatales para ponerle fin a este genocidio y por el contrario, se garanticen plenamente los derechos de estos pueblos, empezando por el respeto irrestricto a su autonomía, a su territorio y a su jurisdicción propia, se honren los más de mil acuerdos suscritos, se implementen los compromisos que en su favor se incluyeron en el acuerdo de paz y se avance en la búsqueda de una salida integral al tema del narcotráfico.
Expresamos toda nuestra solidaridad al Pueblo NASA del Norte del Cauca, especialmente a la familia de MILLER. Ustedes son un ejemplo de vida, organización, movilización y resistencia. Por eso les temen, por eso les atacan, por ello quieren cortar sus alas y segar sus vidas. Qué equivocados están los agentes de la muerte y la injusticia. Sabemos que cada indígena asesinado/a es semilla y nueva vida que se disemina por los torrentes de resistencia y libertad que tan generosamente ustedes nos enseñan y de lo que la vida y lucha de MILLER es testimonio vivo.
MILLER, su voz, su fuerza y su espíritu superior, refrendan el compromiso con la paz y con la vida, con la libertad y la ternura, con la fortaleza y la armonía, con la dignidad y los derechos, con la lucha y la unidad de su pueblo. Su ejemplo, lucha y resistencia, retumban en las montañas del territorio ancestral y habitarán cantarinas en cada fuente que se vuelve vida y liberación para su pueblo.
Toda nuestra solidaridad, energía, ternura y compromiso con sus luchas, hermanos mayores.
CORPORACIÓN DE APOYO A COMUNIDADES POPULARES, CODACOP.